Mi recuerdo, los tuyos, rodeados de fantasmas,
que llegan a mí con sus voces bígamas.
Traspasando paredes, dejándome nada,
rodeando mi mente, ya acobardada.
Ya no hay cielo claro y profundo
y en la bruma creciente, lentamente me hundo.
¿Dónde están mis sueños? ¿quién se los ha llevado?
donde quedaron, dejando mi corazón abochornado.
Llanto sumiso, tristeza impertinente,
es lo que hoy queda en mi pobre mente.
Llega a mí el desamor, como alimento,
como devastador sentimiento, ya sin argumento.
Almatriste.
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